Dos desconocidos acodados en la barra de un bar. Dos
visiones radicalmente
distintas de la vida. La una, amargada y cínica; la otra,
más que visión, diríase
ceguera…, y la soledad como nexo de unión de todas las
vidas. La casualidad
los reune poco tiempo después en otro lugar. ¿Algo ha
cambiado?... Una
mujer mediará entre ellos con otra forma de mirar, y
entonces…
Este sería un buen resumen de esta obra que se estrenó en la sala NAVE 73, de
Madrid, el día 18 de enero de 2016 con llenos absolutos en sus dos representaciones.
“La soledad es un reloj atrasado” es una obra donde teatro,
música, pintura y
poesía se unen en la búsqueda de respuestas a las preguntas
de este tiempo
aciago que nos ha tocado vivir. Para llevar a cabo esta
experiencia teatral he
tenido el placer de poder contar con reconocidos artistas
que aúpan la obra
a un estadío mayor de calidad artística. No tengo palabras
para agradecer la
participación de creadores tan reconocidos como el pintor
Pablo Baeza,
cuyos cuadros, pintados en directo, son parte fundamental
del argumento;
el poeta Alberto Infante, que ha enriquecido enormemente el
montaje con
sus maravillosos poemas y su forma inigualable de
recitarlos, y el músico
Fernando Bezos, cuyos arreglos e interpretación de clásicos
del jazz ha dado