SATIRIGONZAS VI

El mimetismo en la ideología

El barón de Valtierra, una vez terminada una reunión política, a la que había sido invitado junto a un amigo, salió aterrorizado al comprobar lo volubles que son las personas en sus afiliaciones políticas y en sus proclamas ideológicas. Y así se lo hizo ver a su amigo:

- A algunas de las personas asistentes a la reunión las conozco desde hace tiempo y no me puedo creer las palabras que han pronunciado.

- ¿Y cómo es eso, barón? - Le pregunto el amigo.

- Sencillamente, mi querido amigo, porque hay personas que profesan una ideología, un credo o una opinión simplemente por puro mimetismo, por haber caído, en un momento determinado de sus vidas, en un grupo que les ha influenciado sobremanera. Ahora bien, esto, que puede ser considerado como común, tiene un punto de perversión desde el momento en que muchas de esas personas tienen un comportamiento discordante con las ideas que parecen apoyar, es como si en su mente se produjera un enfrentamiento que no pueden controlar.

- ¿Quiere usted decir que sus ideas no se corresponden con su forma de actuar? ¿Qué, por ejemplo, pueden hablar de libertad y ser unos represores?

- Efectivamente, a esas personas, y a otras muchas, les he visto actuar de una manera indigna y les he escuchado hablar con énfasis de la dignidad.

- Puede ser oportunismo político.

- Efectivamente, puede ser, pero no es ese el caso aplicable a estas personas, no tienen esa capacidad de subvertir las normas para conseguir un beneficio, eso es algo propio de políticos profesionales. Los individuos de los que hablo tratan una ideología de andar por casa, y sus metas no van más allá que la de buscar cobijo en un grupo, lo que no deja de ser oportunismo, lo que pasa es que conociendo su forma de actuar nos damos cuenta de que han caído en el grupo equivocado. Son personas a las que a veces tengo la tentación de decirles: "Esa forma de actuar es contraria a las ideas que defiendes, deberías aclararte pues estas faltándote al respeto a ti mismo".