sábado, 22 de junio de 2013

ALGUNAS MARAVILLAS DE ANTONIO DAGANZO

Os dejo aquí algunos poemas de Antonio Daganzo, son de su libro MIENTRAS VIVA EL DOLIENTE (Ediciones Vitruvio), hermoso poemario de reciente descubrimiento que nunca dejaré de alabar lo suficiente. 

Conocí a Antonio en el último Festival de Poesía de Primavera que todos los años se celebra en la librería Fuentetaja organizado por Ediciones Endymion. Él aplaudió mis versos, le conocí y algunos de los presentes me recomendaron vivamente su libro. Bendita recomendación.

Disfrutad de lo que sigue:


¿Vivir, sobrevivir?
La tensa cuerda floja del viviendo,
caminar persuadido de equilibrio
aunque bailen los ojos.
Los pasos son seguros,
el vacío decide no imponerse.
Todavía.



La inexistencia de Dios 
nos salva
de la suprema pregunta con reproche engastado:
¿Cuál es el sentido del humano sufrir
si Dios ha creado al hombre, lanzándolo a la vida?
Hay, sin embargo, mentes para las vanas cabriolas
que inmortales se sueñan
por la gracia de aquel que enfurece en los otros,
como un rayo en el suelo, tan ladino.
Los niños,
claramente,
son mejores ingenuos.



Morir para acallar el sufrimiento,
para decirle adiós a la agonía
de convertir el llanto en alegría:
morir para matarme el desaliento;

mas morir gris, con trazas de sarmiento
y acabado el delito de osadía,
pues quien vive malgasta en valentía
la fortuna de urdirse con el viento.

Morir para olvidar, mas morir tarde, 
que el alma tarde aprende su mentira,
su condición de cuerpo ensimismado;

que tarda mi ilusión en ser cobarde:
a un cielo se encomienda y ya suspira
por recobrar al dios que yo he matado.



El perezoso alimenta su pereza
y envilece,
ajeno a sí, a su profundo drama:
sólo el diligente habitual,
exprimiendo la vida entre las manos,
toma conciencia de su absurdo.
El perezoso, 
entero en la quietud más rubicunda,
se asemeja al sol de los inviernos:
despertará después.

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