viernes, 23 de abril de 2010

VINO Y POESÍA

Ayer, 22 de abril, tuvo lugar, en el salón de actos del ICADE, en Madrid, una mesa redonda sobre VINO Y POESÍA. Esta mesa se encuadraba en el marco de las VII Jornadas sobre Poesía que organiza la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid y que se han celebrado durante toda la semana.

Tuve el honor de ser invitado a esta mesa redonda y exponer una ponencia sobre el tema. He aquí dicha ponencia:

POESÍA Y VINO

Ya el solo hecho de titular una conferencia, charla, jornada, mesa redonda o como quieran ustedes llamarlo, bajo la denominación escueta de VINO Y POESÍA, puede dar lugar a malentendidos, el principal es sacar la conclusión, no siempre errónea, de que los poetas somos unos borrachos. Claro está que hay que tener una cierta prevención a la hora de establecer esta conclusión, más, si el vino es bueno, y es esta: el bebedor de vino suele ser una persona que degusta más que bebe. No se nos puede olvidar que beber buen vino no es lo mismo que beber otro tipo de bebidas alcohólicas como las derivadas de la destilación de hierbas y frutos variados. Mientras estas se ingieren con la intención, las más de las veces, de olvidar, el caldo de la uva se bebe para recordar, atrayendo por igual la alegría y la nostalgia, madres ambas de la buena poesía.
Conocida es, desde antiguo, la fama de las bodegas de La Rioja por todo el mundo. En esta región el vino alcanzó el cielo y el pueblo llano lo cantó con desparpajo elocuente en las llamadas Coplas Riojanas, que si bien no son un modelo de versificación ilustrada, si son un modelo de alegría desatada, como la que dice:

Le ruego al Padre divino
Me llene la panza de vino.
Y si esto no es suficiente,
me la llene de aguardiente.

O esta otra:

Lindo canta la calandria
y muy lindo el ruiseñor,
mejor canta la botella
si le sacan el tapón.

En el cancionero de Jorge Manrique tan conocido y loado por sus maravillosas y tristes “Coplas a la muerte de su padre” hay también espacio para lo que él denomina “Coplas burlescas”, en éstas, equipara en goce y satisfacción rogar a dios y beber vino, aunque parece poner más énfasis en lo segundo:

Santo Luque, yo te pido
Que ruegues a dios por mí,
Y no pongas en olvido
De darme vino de ti

Pero el tono más burlesco lo adquiere esta otra copla donde “se burla”, nunca mejor dicho, de aquellos, en este caso aquellas, que empinan el codo más de la cuenta:

Y reza de cada día
esta devota señora,
esta santa letanía
que ponemos aquí agora
en medio del suelo duro
hincados los sus inojos,
llorando de los sus ojos
de beber el vino puro

No sé si es muy lógico pensar que los grandes maestros de la literatura rusa crearon esas voluminosas y eternas obras de profunda psicología, con personajes atormentados y almas sufrientes, por la acción de las grandes dosis de vodka que ingerían. Desde luego grandes escritores si fueron, grandes bebedores, algunos, también.

Sin embargo, parece lógico pensar que en las tierras donde el vino, que no los licores, tienen justa fama la influencia del jugo macerado de la uva en la literatura es más que evidente, y no lo digo solo por su consumo, sino por los cantos que ha inspirado a tantos y tantos grandes poetas. En la poesía francesa, siempre tan prolífica y de tanta calidad, tenemos sobresalientes ejemplos, tanto de vinos como de poetas.
Baudelaire en su obra cumbre “Las Flores del mal” no se olvida del vino y es que, conociendo al personaje, no podía ser de otra manera.

En su poema “El alma del vino” dice:

En ti caeré, vegetal ambrosía,
grano precioso arrojado por el eterno Sembrador,
para que de nuestro amor nazca la poesía,
que brotará hacia Dios como una rara flor.

Como ejemplo de maridaje entre poesía y vino quizá no haya mejor ejemplo poético.

Pero claro, para un bohemio dado a los excesos, como era él, el vino puede tener otros significados. En su poema El vino del asesino, Baudelaire explora espacios más recónditos del alma humana:

Nadie me puede comprender. ¿Uno sólo
de entre estos borrachos estúpidos
sueña en sus noches mórbidas
en hacer del vino un sudario?”

Y es que es importante saber que el vino es, quizá, tan viejo como el hombre y de ahí su excelente química con todo lo que el hombre aborda.

El gran poeta y novelista, José Manuel Caballero Bonald, comienza su libro, BREVIARIO DEL VINO, diciendo:

Empecemos por el principio, es decir, por la leyenda, que no siempre es una versión desfigurada de la historia. Incluso suponiendo que lo sea, resulta especialmente tentador atribuirle a la biografía del vino la misma antigüedad que a la biografía del hombre. Se trata –claro es- de una simple y excusable aproximación imaginativa. Pero, aun sin que exista a este respecto un repertorio de datos mínimamente creíbles, tampoco parece excesivo admitir que nuestros primeros padres fueron también los primeros consumidores de zumo de uva, aunque es probable que lo bebieran sin fermentar o mal fermentado y en cantidades más bien discretas.

Ya Jorge Luis Borges, en su Poema al vino, se hacía eco de esa antigüedad y ese maridaje de excelencia con el hombre:

En el bronce de Homero resplandece tu nombre,
negro vino que alegras el corazón del hombre.
Siglos de siglos hace que vas de mano en mano
desde el ritón del griego al cuerno del germano.

Pero es Pablo Neruda, tan amigo de vivir la vida como de cantarla, en lo bueno y en lo malo, el que nos descubre la imagen onírica del vino, sus posibilidades poéticas para abrirnos a otros mundos. Estos versos son un ejemplo:

Cuando a regiones, cuando a sacrificios
manchas moradas como lluvias caen,
el vino abre las puertas con asombro,
y en el refugio de los meses vuela
su cuerpo de empapadas alas rojas.

Las posibilidades poéticas del vino, no ya como impulsor bajo su consumo, sino como figura poética propia son innumerables y esto me sirve para recordar a un amigo, el poeta Juan Manuel Calvo, compañero de otra jornada anterior, similar a la presente pero de otra temática, y al que echo de menos aquí, pues es autor de un excelente libro de poemas titulado LA LUZ QUE ACOMPAÑA AL VINO.

¡Cuánto de interés nos podría haber contado él!: De poesía, de vino y del vino de Toro, al que se declara rendido.

Un precioso soneto de ese libro dice así:

El vino, por ser tan dios, es, de natural, terrible,
Y castiga a los más torpes como si fueran culpables.
Cuando no se siente a gusto, tiene un genio imponderable.
Y su extraño proceder no parece compatible

Con su paladar amable y ansioso de compañía.
Por ser humano, nos habla con palabras conocidas
A quienes le conocemos. Y nos alegra la vida
Cuando, atentos a lo suyo, moderamos su osadía.

Disfruta, su ser complejo, de su propia desmesura
Y de lo oscuro hace luz y a la luz la deja a oscuras.
Fuera del caos se equivoca y en el caos es la cordura.

Como alma de Pan, es torpe, y de su torpeza abusa.
¿Qué música no conoce o qué instrumento le asusta?
De su pánico terror, nacen las mejores musas.

Pero vayamos más allá:

Mallarmé, llevó el vino y la poesía a terrenos que quizá otros no hubieran osado pisar cuando escribió su famoso:

Brindis fúnebre por Theophile Gautier. Ese que empezaba diciendo:

¡Oh tú, de nuestra dicha el fatal emblema!

Y es que brindar con vino por la muerte de un amigo puede parecer un pecado de lesa humanidad, pero de un poeta hacia otro poeta, en su muerte, es la mejor despedida posible.

Pero los poetas no solo escribieron por, para y de vino. También hablaron de él. Algunas citas ya se han hecho celebres.

Dorothy Parker, la cosmopolita escritora norteamericana, dijo en una comprometida, aunque prometedora, ocasión:

Una copa más y estaré debajo del anfitrión.

Es probable que, como buena americana, la copa fuera de whisky, pero como era una mujer de clase y gran sentido del humor, recordemos que eligió como epitafio para su tumba la frase: Perdonen por el polvo, podía ser perfectamente de vino. No menospreciemos al vino por sus evidentes y demostradas dotes de iniciador sexual.

Cambiando de tema. Un buen ejemplo de lo que podía lograr el vino en la conciencia colectiva de algunos escritores nos lo dio Jean Cocteau, cuando llegó a desmitificar a algunos de sus poetas coetáneos diciendo:

Lo que ha hecho creer que los miembros de mi generación eran muy espirituales era el número de vinos que se servían entonces en la mesa.

Pero fue Friedrich Nietzsche, filosofo que también hizo sus pinitos en la poesía, el que dejó a la historia la frase más rotunda y excesiva:

El cristianismo y el alcohol, son los dos grandes corruptores.

Nos consolaremos pensando que dijo alcohol y no vino, y así, a partir de aquí, establecer las diferencias oportunas.

Como alternativa, quedémonos con las palabras del grande entre los grandes, Goethe, que dijo:
“El vino alegra el corazón del hombre y la alegría es la madre de todas las virtudes”.

Desde luego, el que no se contenta es porque no quiere.

Si antes de terminar, alguien me obligara a elegir algo con lo que quedarme de esa conjunción que aquí hemos dado en llamar Vino y poesía, no dudaría en quedarme con este poema de José Ángel Valente, de su libro AL DIOS DEL LUGAR:

El vino tenía el vago color de la ceniza.

Se bebía con un poso de sombra
Oscura, sombra, cuerpo
Mojado en las arenas.

Llegaste aquí, viniste hasta esta noche.

El insidioso fondo de la copa
Esconde a un dios incógnito.
Me diste
A beber sangre
En esta noche.
Fondo
Del dios bebido hasta las heces.

Pero tampoco podría olvidarme de Miguel Hernández, del que este año se cumplen 100 años de su nacimiento. Él escribió una maravillosa, centelleante y divertida ODA AL VINO que empieza:

A lluvia de calor, techo de parras,
a reposo de pino,
actividad de avispas y cigarras
en el sarmiento fino,
cuerda de pompas y sostén de vino.

Y ahora sí, termino, y creo conveniente decir algo que no debe caer en el olvido: la poesía, con o sin vino, siempre ha tenido y tendrá una cara triste y es que la poesía es como el mundo, triste en sí misma. Cantar las injusticias y recordar el dolor de los que sufren, sea el del poeta o sea el de los que le rodean, es algo inherente a ella.

Quizá, en el fondo de nuestro corazón, los poetas sabemos que utilizamos el vino para alegrarnos después de cantar tantas tristezas.

Muchas gracias

lunes, 19 de abril de 2010

SATIRIGONZAS

Un hombre de provecho


En cierta ocasión, una mujer visitó al Barón de Valtierra para pedirle consejo sobre la educación de su hijo. La señora se explayó en un sinfín de problemas que, según ella, tenía con su hijo, un muchacho de 14 años que, dedujo el Barón, era de lo más normal.

- Señor - dijo la mujer, para terminar su perorata, con cierto nerviosismo- vos que sois culto y bueno seguro que podréis decidme que debo hacer para que mi hijo me obedezca, estudie y sea un hombre de provecho.

- Señora, os veo excesivamente preocupada y seguro que no hay motivo para ello. -dijo el Barón con aire tranquilo.

- Claro que hay motivo, sino no hubiera venido a verle.

- Tranquilícese, por favor, -dijo el Barón señalando una silla- y respóndame a algunas preguntas que le voy a hacer.

- Usted dirá.

- Pero prométame que sólo responderá a lo que yo le pregunte, sin adornos innecesarios.

- Yo señor le aseguro que solo…

- ¡Por favor¡.

- Pregunte.

- ¿Por qué desea que su hijo estudie?

- Para que adquiera conocimientos, tenga una formación y pueda tener un trabajo que le de dinero, casarse, formar una familia y así ser feliz.

- O sea, que eso es lo que usted llama ser un hombre de provecho.

- Naturalmente.

- ¿Su marido vive?

- Si.

- ¿Y qué opina de sus quejas hacia su hijo?

- El es muy permisivo y tiene mucha manga ancha

- Su marido tiene estudios

- Si señor, muy buenos.

- ¿Y usted cree que es feliz?

- Bueno, yo creo que si, es un buen hombre, pero algo reservado, y lo que más me preocupa es que no me hace caso en nada de lo que le digo. Y tenemos muchas discusiones por la forma de educar a nuestro hijo.

- Y sin embargo, ¿usted lo considera un hombre de provecho?

- Naturalmente

- Pues señora, si usted desea para su hijo lo mismo que para su marido siga usted como hasta ahora porque va por el buen camino.

martes, 13 de abril de 2010

La pintora Alicia Castro, miembro del Colectivo Cillero, inaugura el próximo sábado 17 de abril, a las 20:30 horas, una exposición colectiva de artistas de pintura, escultura y cerámica en el "Espacio Travesía" (Travesía de San Mateo, 8, metro Tribunal).
La exposición estará abierta al público del 17 al 24 de abril, desde las 11 hasta las 21 horas.
Os recomiendo la visita pues la pintura de Alicia merece la pena.

Aquí os dejo la invitación al acto de inauguración.


lunes, 12 de abril de 2010

Proyecto del COLECTIVO CILLERO por la paz

En el próximo mes de junio el Colectivo Cillero inicia en Sintra (Portugal) su nuevo proyecto artístico para los dos próximos años (2010-2011). Este proyecto gira en torno a la paz y he aquí algunas de las carácteristicas que lo sustentan:

En el marco del Año Internacional de la Cultura de la Paz, se creo el Manifiesto 2000 para una cultura de paz y no violencia, promovido por la UNESCO y formulado por los Premios Nóbel de la Paz para que el individuo asuma la responsabilidad de convertir en realidad los valores, las actitudes, los comportamientos que fomentan la cultura de paz invitando a la actuación en el marco de la familia, localidad, ciudad, región y país, practicando y fomentando la no violencia, la tolerancia, el diálogo, la reconciliación, la justicia y la solidaridad día a día.

El Colectivo Cillero, como grupo formado por artistas residentes en la Unión Europea, consideramos que Europa es sobre todo una comunidad de valores, y los valores primordiales europeos se basan en la práctica de la tolerancia, la participación y la solidaridad.

En los últimos tiempos se ha puesto de manifiesto que la garantía para la paz que supone la democracia lo es en función de los valores que desarrolla la sociedad. El mero sistema de representación, como estructura, garantiza el ejercicio del poder por las mayorías, pero ello no impide, como se ha demostrado en la historia reciente, que algunas mayorías apuesten por actitudes violentas de represión y dominio para el mantenimiento de sus intereses.

Frente a los argumentos del poder y las armas para imponer la paz, apelamos a la responsabilidad del comportamiento de cada ciudadano como individuo libre y soberano capacitado para desarrollar su propio criterio. Entendemos que el verdadero proyecto de construcción de la paz no puede sustentarse sin la asunción personal de valores, lo que no es socialmente posible sin una cultura y una educación cimentada en la solidaridad para construir relaciones de servicio y justicia entre los ciudadanos.

Como artistas consideramos prioritario ejercer nuestra actividad creadora bajo el prisma de la libertad. Como artistas europeos, conscientes de nuestra realidad política, consideramos ineludible crear nuestra obra al amparo de los valores por los que, tradicionalmente, ha luchado la vieja Europa: Respeto, tolerancia y solidaridad. Valores que son clave para conseguir el viejo sueño de eso que llamamos PAZ.

Artistas que participarán en el proyecto “De lo que llamamos Paz”
ALICIA CASTRO.
Miranda de Ebro. Burgos. España. Pintura.
BART VAN OIJEN
Vlijmen, Holanda - Pintura
DIMITRIJE KATALINIC “DIMI”
Antigua Yugoslavia. Reside en Alemania. Pintura.
FERMÍN DE BEDOYA.
Valencia. Reside en Ainsa. Huesca. Escultura.
FRIEDHARD MEYER.
Nuremberg. Alemania. Pintura.
HERNANDEZ OTERO.
Madrid. España. Pintura.
JESÚS DÍAZ HERNÁNDEZ.
Madrid. España. Poesía.
LUIS ATHOUGUIA.
Cascais, Portugal. Pintura.
LUIS MACHÍ GÓMEZ
Albaida. Valencia. Escultura. Vidrio soplado.
MANUEL RUIZ.
Hellín. Albacete. España. Fotografía.
PABLO BAEZA.
Albacete, España. Pintura.
RAFAEL CATALÁN YNSA.
Barcelona. Residente en Madrid. España. Cerámica.
SAMANTHA TORRISI
Catania, Italia - Pintura

OBJETIVO GENERAL
Promocionar la paz, la no violencia y la justicia social desde el prisma de la creación artística.

OBJETIVOS CONCRETOS
Desde las distintas disciplinas artísticas y las diversas sensibilidades que se reúnen en nuestro colectivo:
- Desde las artes plásticas promover la reflexión entorno a la violencia o cualquier actitud de dominio de clase o grupo en todas sus manifestaciones (física, económica, psicológica, educacional, racial, religiosa, sexual, etc.)
- Realzar los valores de la no violencia.
- Exaltar valores como la justicia, la tolerancia, la solidaridad, y el respeto a nuestros semejantes.
- Apelar a la responsabilidad del comportamiento de cada ciudadano en la construcción de la paz.
- Denunciar el horror de los conflictos bélicos, la tortura y el genocidio.

METAS Y CRONOLOGÍA

Materializar nuestros objetivos con diversas exposiciones de Pintura, Fotografía, Escultura, Cerámica, Vidrio y Poesía en distintos lugares de Europa y en los plazos que se establezcan.
La programación presenta distintas actividades, algunas de ellas ya se han concretado y otras se encuentran en estado embrionario.
Estas actividades tendrán comienzo en Junio de 2010 en la ciudad de Sintra, Portugal, con una exposición en la sala de la Oficina de Turismo del 5 al 30.
Está previsto que el proyecto concluya en Septiembre de 2011 coincidiendo con la celebración del día internacional del Paz, inauguración de la exposición en el museo Municipal de Albacete y Centro de interpretación de la Paz.

lunes, 5 de abril de 2010

SATIRIGONZAS IV

La idea de civismo del Barón de Valtierra

Amadeo de Valtierra, en una de sus clases magistrales, mantuvo un chispeante debate con uno de sus alumnos más aventajados, Matías Carchales, a propósito del civismo del pueblo.

- Querido Matías -dijo el barón-, en el mundo actual el civismo es una materia de escaso valor, y digo materia por asimilarlo al estudio. Y para dejarlo claro: es materia que no se estudia.

- Pero profesor -intervino Matías Carchales-, la educación es algo que está en los colegios, en ellos se educa.

- No, de ninguna manera, y voy a intentar demostrarlo mediante un ejemplo: Una mujer con una prominente barriga de embarazada entra en un vagón del Metro y se produce algo lógico: alguien se levanta y le cede el sitio. Pero ¿Nos hemos planteado alguna vez si todos los que están sentados cederían el sitio a la embarazada?. Puede que haya sentadas personas ancianas que no se levanten, puede que haya personas enfermas o lisiadas que tampoco puedan cederle el sitio, pero siempre habrá un elevado número de individuos que no deberían tener ningún problema en levantarse y dejar su sitio a la mujer. ¿Alguien puede decirme por qué razón no se levantan?

- Porque no les da la gana.- dijo Matías con contundencia.

- Efectivamente. Así de sencillo. Esto lo que nos demuestra es que el educado gesto de una persona tapa los nefastos del resto y de esta manera las apariencias quedan cubiertas y todos salen con bien del aprieto.

- Eso es algo evidente, profesor.- afirmo Matías.

- Pero cuidado -alertó Valtierra-, es muy importante establecer unas diferencias en el tema de la educación. Existen unas claras entre lo que podríamos definir como un "maleducado" y un "sin educación", a saber: al "maleducado", cuando le haces ver su desconsideración al no dejar su sitio a una embarazada en el metro, puede sufrir en su interior la mala acción que ha realizado, puede sentir con su sonrojo la mirada de los demás por su mala acción; sin embargo, al "sin educación" cuando le haces ver la misma situación, se encoge de hombros incrédulo sin saber que ha hecho algo mal. Esto quiere decir que la "educación" es saber que existe, en la convivencia con los demás, la posibilidad de tratar a las personas bien o mal. Los que no conocen esa posibilidad son "sin educación".

Matías dudó y cuando se le hizo la luz en su cerebro intervino:

- Pero todos son conscientes de que existen cosas buenas y malas, independientemente de que tengan o no educación. ¿Acaso creé, profesor, que la gente es tan simple, o mejor dicho, tan estúpida?.

- Mi querido Matías, la gente es muy consciente de lo que es bueno o malo…, pero para ellos, no para los demás.

Amadeo de Valtierra miraba por la ventana pensando en sus siguientes palabras. Enseguida se giró hacia sus alumnos y dijo:

- En el trato superficial con las personas es donde se ve la educación. En el trato profundo, intimo…, es donde la educación deja paso a la filosofía. Si ya perdemos las maneras en lo superficial no quiero pensar que será en lo profundo.

- Quizá en lo profundo -intervino Matías- es donde las personas se muestran más educadas, más permisivas, más emotivas… y, quizá por ello, más educadas.

- Es una teoría a tener en cuenta, pero también es una contradicción: Yo estimaría más a una persona que en el trato directo y superficial se mostrara amable y educado, mientras que en el trato emocional, profundo…, con, por ejemplo, un amigo, se mostrara tirante, irritado, casi insoportable; siempre, claro está, que tuviera motivos para ello. Porque estaremos de acuerdo que un ser irritante, insoportable por si mismo no puede tener verdaderos amigos, a no ser por puro interés.

- En definitiva señores -terminó su discurso el barón-, no me creo nada ese juicio que expresamos cuando creemos conocer a alguien: "En el fondo es una buena persona". Decimos esto porque realmente no le conocemos lo suficiente pero creemos que es necesario justificarle precisamente por lo poco que le conocemos.

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