La situación actual de la democracia española (y de las de occidente en general)se caracteriza por un descarado bipartidismo: un partido situado a la derecha y otro situado a la ¿izquierda? que terminan siendo unos meros gestores de las políticas (fundamentalmente económicas)que marcan las grandes potencias y los Mercados.
Los partidos situados a la derecha viven en este habitat a sus anchas pues esas políticas (no creo que nadie se llame a engaño) son de derechas. Sin embargo, la cuestión que intriga a los que no somos de derechas y abominamos de las actuales políticas neoliberales que rigen el mundo, es que hace y que podría hacer un partido que se denomina socialista.
Para situar el tema habría que hacer un poco de historia, seré breve: Marx, Engels, Bakunin, etc., participaron en la creación de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), conocida como Primera Internacional, en 1864, con la intención de crear las bases internacionales de una posible revolución proletaria. En 1889, ante el fracaso de algunos intentos revolucionarios en Europa, se crea la Segunda Internacional, que propugna la llegada al poder de los socialistas por la via democrática, renunciando a la revolución armada. Esta postura democrática de la 2ª Internacional, que durará hasta 1916, se vió reforzada por la actitud nacionalista de las masas obreras que apoyaron a sus gobiernos (Alemania, Francia, Inglaterra, etc.) para entrar en la 1ª guerra mundial. Muchos partidos socialistas ante las actitud de sus bases apoyaron la entrada en la guerra, en contra de la doctrina antibelicista de la propia Internacinal. Es decir, ya era un hecho que los partidos socialdemocrátas desechaban la revolución para llegar al poder y elegian la acción de las urnas para, una vez en el poder (esto es importante), hacer los cambios necesarios para transformar la sociedad y llegar al socialismo. Para completar la historia, digamos que en 1919, después de la revolución sovietica, Lenin crea la Tercera Internacional con partidos denominados comunistas, excisiones de los socialdemocrátas de toda Europa.
Conocida la historia, hagamos hincapie en las palabras en negrita: Transformar la sociedad después de tomar el poder por la via democrática. Nada de esto se ha cumplido en los años de vida de la socialdemocracia, salvo el lapsus posterior a la Segunda Guerra Mundial en que los gobiernos socialistas de Olof Palme (Suecia), Bruno Kreisky (Austria), Willy Brand (Alemania) y otros consiguieron implantar el llamado Estado del Bienestar.
Los socialistas han ido de mal en peor, cambiando sus ideas transformadoras por ideas conservadoras, se han convertido en meros gestores del capitalismo sin ningún interés por cambiarlo. Es más, sus políticas económicas han ido cediendo al empuje del Capital y de los Mercados y ya se encuentran en disposición de ceder ante las demandas capitalistas de abandonar el Estado del Bienestar.
Hoy la diferencia entre un partido de derechas y un partido socialdemocrata es simplemente de formas: roban, estafan y especulan menos que la derecha, tienen formas, de cara a la galería, menos propotentes, proponen algunas medidas sociales que la derecha rechaza pero luego termina por asumir (divorcio, aborto, matrimonio homosexual, dependencia, etc.), pero de transformar la sociedad para que esta sea más igualitaria y solidaria, nada de nada. Hasta se inventaron una tercera via (Blair y compañia) que apoyó descaradamente la política belicista de un ultraderechista como Bush. Hay que concluir, visto lo visto, que a los socialistas actuales de toda Europa les gusta el poder por el poder, y del significado histórico del socilismo ni se acuerdan, incluso es posible que algunos ni lo conozcan, dada la poca estatura intelectual que demuestran tener.
A la pregunta del titulo de este artículo solo cabría responder: Actualmente un partido socialista sirve para lo mismo que un partido de derechas, para gestionar vulgarmente el capitalismo, pero debería servir para transformar la sociedad y hacerla más justa, tal y como lo pensaron los fundadores del socialismo hace más de un siglo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario